Como
viene repitiendo insistentemente la Presidenta de la República, no hay modelos
económicos en sí mismos, sino que son expresión de un proyecto político que,
como tal, además de considerar de las circunstancias técnicas de su accionar,
como acción política en sí debe tener entre otras cosas una precisa evaluación
de la correlación de fuerzas necesaria en cada momento para su implementación,
consolidación y avance.
Este
proyecto político al que todos conocemos o nombramos como Proyecto Nacional y
Popular, es desde lo político, de izquierda, por caracterizarlo de algún
modo.
¿Por qué?
Se lo
puede caracterizar así, por composición de quienes lo sostienen; un gran y
amplio conjunto de la sociedad que representa a una parte indiscutiblemente
mayoritaria de la argentina de hoy; por la militancia cotidiana, no solo
partidaria, sino también social, empresarial, académica, científica; miles y
miles de personas que día a día aportan buena parte de su tiempo y de su saber
a la construcción de una sociedad mas justa y equitativa, en muchísimas áreas.
Se lo
puede caracterizar así también, por la acciones de gobierno, inclusivas,
distributivas, ampliando derechos, y si es necesario (sobre todo porque es
necesario) quitando privilegios, algunos quizás no todos, pero esto es
política, ni infantilismos, ni magia; sólo política.
Se lo
puede caracterizar así, por realidad. Por esa realidad cotidiana que construyen
mayorías en los distintos espacios donde la democracia se edifica día a día a
base de participación, compromiso y responsabilidad de miles y miles de
ciudadanos.
Desde lo
ideológico, podemos decir que este proyecto tiene matices; porque es hoy por
hoy una construcción que se está llevando a cabo; con las tensiones propias de
una construcción colectiva donde las partes, no piensan, ni sienten ni actúan
de la misma forma; afortunadamente; pero coinciden en esta coyuntura en que la
unidad y la organización (inclusive en el disenso) es la única forma de
construcción de las mayorías para las mayorías; ya que la diversidad y su
aceptación, es condición necesaria para la construcción colectiva de
mayorías.
Desde lo
ideologizante; es decir desde el
tinte ideológico que desde afuera del espacio, se le quiere colocar a este proceso
histórico, podemos percibir como mínimo dos grandes miradas.

Con esta
falta de propuestas (confesables) y de intérpretes confiables a la sociedad;
así como ayer apelaron a crear las condiciones necesarias e instigaron,
apoyaron y participaron de los golpes de estado a gobiernos democráticos y
luego participaron también de los gobiernos de facto que sobre esos golpes se
encaramaron en la conducción del estado; sin otro objetivo que el de preservar
o incluso aumentar los privilegios minoritarios que tienen; hoy, y no porque no
quieran, sino porque no hay espacio para eso, se valen de todo el andamiaje
institucional que durante dos siglos construyeron en el estado liberal, para
valerse de las instituciones coptadas, en su intento por resistir a la
democratización de la República.
La
segunda mirada es la de la autodenominada "izquierda".
Porque si
la izquierda desde un punto de vista de composición, de beneficiarios, de
acciones, en el análisis de la realidad, somos éstas mayorías que hoy
construimos poder; los que no están en este espacio son como dijimos, o la
derecha o..... una "izquierda" que se autodenomina así, porque
tampoco puede, sabe o quiere encontrar su espacio dentro de la construcción de
mayorías.
Si esta
"izquierda" no puede cumplir con su "rol histórico", se
está negando asimisma, y se transforma en una Izquierda Invertida; es decir no
puede cumplir con su cometido político y se opone a la concreción del mismo, ya
que no es "ella" quien lo "conduce o hegemoniza"
La
"inversión" en este caso estaría porque, se muestra simétricamente
opuesta a la derecha que dice combatir política e ideológicamente, pero no es
mas que una imagen opuesta de ésta.
¡Sólo una
imagen opuesta!
En
política, mas allá de las definiciones teóricas, cuentan los hechos concretos,
los que transforman la realidad; donde mas allá de toda teorización lo central
es analizar, si a cada paso, con cada transformación, las mayorías avanzan o
retroceden en su camino por lograr mayor equidad e igualdad.
Una
teorización sobre el atraso que puede significar una reforma que mejore la
cotidianeidad de miles y miles de ciudadanos con muchísimas necesidades; es
colocar a esos ciudadanos en el lugar de objeto político y no reconocerlos como
sujetos políticos que participan y construyen la realidad que permite esas transformaciones.
En última
instancia, con métodos y teorías diferentes, la derecha neoliberal y la
izquierda invertida, identifican un mismo enemigo político, las grandes mayorías
de la sociedad.
Paradoja
de la vida política argentina, imágenes simétricamente opuestas, persiguen el
mismo objetivo.
Cabe
señalar, que en esta concepción de izquierda invertida, nos referimos a los
dirigentes que, pareciera ser es la única forma de "brillar" que
encuentran; ya que la militancia de base como toda militancia de base, tiene
otros objetivos y otras realidades, de allí también se están desprendiendo día
a día, cantidad de compañeros que comprenden que la única expresión de izquierda
genuina, es la que está del lado de las mayorías, transitando con ellas el
momento histórico al que han sido capaces de arribar.
Ayer, en
el “paro” contra el avance democrático de las mayorías, la ampliación de
derechos y beneficiarios de las políticas de estado, y la plena vigencia de los
Derechos Humanos, había un gran Organizador: la derecha neoliberal, el otro organizador,
es solo un reflejo invertido de ésta.
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